domingo, 30 de agosto de 2009

Palabras que erotizan

Pensando en Chats, blogs, mensajes por sms; las relaciones virtuales del tipo que sean me llama la atención, por un lado la negación de algunas personas sobre la posibilidad de excitarse o erotizarse a través de simples letras en una conversación cualquiera, y por otro, en aquellos que sí pueden sentirlo y no tienen inconvenientes en reconocerlo. Pues, me hago cargo… Las palabras tienen fuerza, tienen gestos y uno les confiere energía, claro… depende del estado y necesidades, seguramente.

Gabriel Janer Manila en su texto “Historias que fueron escritas para ser contadas” dice: “Esta proyección de las palabras sobre el cuerpo permite prolongar sus vibraciones, su dinámica y su significación profunda. La expresión del rostro, los múltiples juegos de la mirada, los ritmos de la voz, todo el vocabulario gestual se ponen al servicio del texto literario oral. El cuerpo que narra es un cuerpo que crea sentido y, mientras sugiere significados posibles, estimula y despierta la imaginación”. Entender que en la creación de sentido juegan un papel de primer orden las actitudes mentales, las competencias intencionales, los mecanismos psicológicos, es intentar comprender los fundamentos antropológicos de la ficción. Sólo a partir de aquí seremos capaces de explicarnos por qué creamos ficciones, por qué nos interesan y nos encantan. Por qué no podemos vivir sin ellas.

Si relacionamos esta nueva comunicación, virtual, impersonal si quieren, con la literatura seguramente nos remitiremos a alguna novela o historia narrada que nos movilizó, no se si al punto de excitarnos, pero sí movilizarnos o provocar ciertas vibraciones. Entonces… ¿por qué le damos menos valor a la comunicación virtual o ciber?

Por su parte, la escritora brasileña, Nélida Piñon sostiene que “las palabras erotizan la realidad”, defensora de la imaginación y la seducción con la palabra va más allá al afirmar: . 'Seducir es una fatalidad humana. Quien no seduce está negando su oficio humano. Las palabras erotizan la realidad y, a medida que tú seduces, estás legitimando al otro; por tanto, tiene hasta una dimensión moral'

miércoles, 19 de agosto de 2009

Sexo Solitario

SEXO SOLITARIO
Una historia cultural de la masturbación
Thomas W. Laqueur


Sexo solitario es la primera historia cultural de la práctica sexual más común y extendida del mundo: la masturbación. Cuando casi todas las prácticas sexuales cuentan con defensores públicos y los actos sexuales forman parte de las primeras planas de las noticias, la más sencilla y habitual de dichas prácticas resulta vergonzosa, incómoda e incluso radical cuando es admitida abiertamente. Sin embargo, esto no siempre fue así. El sexo solitario como un tema médico y moral importante puede ser fechado con una precisión poco frecuente en la historia cultural: el "vicio solitario" entra en escena alrededor de 1712. Criatura de las Luces, la masturbación en principio preocupó no tanto a los conservadores -para quienes era uno entre los numerosos pecados de la carne- sino a los progresistas, quienes aceptaban gozosos el placer sexual pero luchaban para crear una ética del autogobierno. Así, la masturbación se convirtió en un tema de interés ético tanto para hombres como para mujeres, para jóvenes y adultos.Thomas W. Laqueur revela cómo y por qué este modesto y alguna vez oscuro medio de gratificación sexual se convirtió en el gemelo maldito de las grandes virtudes de la sociedad comercial moderna: la moral individual autónoma y privada, la creatividad y la imaginación, la abundancia y el deseo. Así, muestra cómo un problema moral se convierte en problema médico, cómo algunos de los científicos más importantes de los siglos XVIII y XIX culparon a los placeres solitarios de producir daños físicos, mutilaciones e incluso la muerte. A principios del siglo XX, Freud y sus sucesores transformaron esta tradición al definir la masturbación como una etapa del desarrollo del hombre y, finalmente, en el ocaso de ese siglo, la masturbación se convirtió para algunos en el elemento clave en la lucha por la liberación sexual, personal y también artística.El historiador Thomas W. Laqueur, a través del análisis minucioso de materiales tan diversos como la Biblia, textos médicos y filosóficos, diarios, autobiografías, el trabajo de artistas conceptuales, materiales feministas y pornografía, nos presenta la historia de lo que ha sido el último tabú.

sábado, 15 de agosto de 2009

Tríos sexuales

Una noche con Laura.

Estábamos siempre comunicadas pero hacía dos años que no la veía. Recuerdo la última vez. Habíamos compartido habitación durante tres días, asistimos a unas jornadas de especialización de la empresa, al despedirnos me dio un beso casi rozando mis labios y dijo: te he deseado mucho.

Laura,… no era provocativa ni exuberante, el secreto estaba en la piel, esa piel tentaba de modo especial. Recuerdo los días de facultad, lánguida, casi pálida, ese largo cabello y unos ojos que bien acompañaban la perfección de unos labios tentadores. No era la favorita, era la más deseada. Pechos medianos y siempre marcados pezones.

Me llamó a las 7 de la tarde para avisarme que pasaría el fin de semana en casa. Ese día no trabajé y vivimos lejos del centro, le pedí a mi esposo que pasara por ella al volver de la oficina. Él sabía de Laura, no la conocía pero cuando le relaté nuestro último encuentro notó que me temblaba la voz, el relato lo excitó y ella noche estuvo en nuestras mentes… y sexos.

Era tarde, preparaba el café en la cocina cuando sentí que llegaron. Mi esposo vino hasta la cocina, corrió suavemente mi cabello, apoyó su excitado pene sobre mis glúteos y susurró. Hoy van a enloquecerme.

Había conocido a Laura, la piel de Laura.
No sin ansiedad, cargando la bandeja con café fui hasta la sala, ahí estaba ella, bella, tentadora… y sus pezones recién acariciados.
Me besó en la boca, directa y sensual. Nos besamos tiernamente. Mi esposo observaba la escena mientras nos servía el café. La mano de Laura acarició lentamente mis pechos, nos sentamos, bebimos un sorbo y volvimos a besarnos, Dani se acercó, nos besábamos los tres, olor a café y sexo que transportaba. Manos, piel, labios, lenguas. La lengua de Laura enloquecía mis pechos mientras la ansiosa boca de Daniel buscaba sus abiertas y deseosas piernas.
La sentí, me sentí lamiendo su dulce clítoris con absoluto placer, Daniel del otro lado comiéndose su hermoso culo mientras sus dedos acariciaban mi sexo con dedicación. Perdí la cuenta de la cantidad de orgasmos que tuvimos. Pasamos al dormitorio, Laura en la cama dándonos y dejándose sentir, sintiéndonos los tres, mezclados, excitados, plenos…
Desperté al otro día, la miré, la volví a desear así, tan tierna, desnuda y sus abiertas piernas que me llamaban. Daniel despertó a mi lado y comenzó acariciar suavemente mi ya húmedo sexo...

domingo, 9 de agosto de 2009

Fantasías sexuales


Sigo enganchada con el tema de las fantasías sexuales, supongo que me perseguirá un buen tiempo… es que lo abordamos con la audiencia en el programa de radio. Las opiniones al respecto son tan dispares y como de fantasías se trata, de la vida sexual, además, todas me parecen tener sentido.

Por un lado hay quienes opinan que las fantasías son el motor para liberar deseos y que por ende no son realizables, que al realizarlas dejan de ser y que, seguramente, en el momento de realizarla nunca será como la imaginamos. Van por más al decir que una vez que se cumplió, mal o bien, debemos ir a nuestra imaginación por otra fantasía pues la anterior ya fue…

Otros, los que las llevaron a cabo (con fortuna creo) opinan que sí deben realizarse y no dejan de ser, por el contrario, el recuerdo y experiencia sigue llenando la imaginación y el placer en igual medida.

Ahora, ¿qué son las fantasías? El diccionario de sexualidad dice que son: “representaciones mentales imaginarias que estimulan y acompañan los encuentros sexuales”. No me sirve… al menos para mí no tienen que ver con el acompañamiento de los encuentros. Un encuentro es con esa persona, real, palpable y de placer en ese momento. Las fantasías acompañan o cobran vida en otros momentos, con otra gente, situaciones o lugares.

En fin… a ver si entre todos ayudan a esclarecer mis desnudas fantasías y oscuros deseos de placer… Me dejo en sus manos!